martes, 2 de octubre de 2012

Debate




Universalis Cosmographia (1507) de Martin Waldseemüller
Antihéroes y estatuas

    Un artículo del Prof. Luis Fuenmayor Toro, ex Rector de la Universidad Central de Venezuela, titulado “Interpretaciones erradas” y publicado el 18/07/2012 en un diario de circulación nacional, dio lugar a una discusión sobre la destrucción de estatuas y el culto a los colonizadores, si bien –según el autor del referido artículo- no fue éste el tema central de su exposición. Aclara el Dr. Fuenmayor en posterior artículo que su interés era “puntualizar que los hechos históricos no pueden ser analizados con los criterios morales actuales”.

   Nuestra respuesta a “Interpretaciones erradas” se debió a la afirmación textual del autor de que ciertos “intelectuales de izquierda, en su afán de conquistar mayores respaldos o de mantener los muchos obtenidos por el presidente Chávez, cometen errores importantes y muy frecuentes en sus cotidianos artículos de prensa desde el punto de vista de la interpretación materialista de la historia”.

   Luego, al comparar una hipotética destrucción de las estatuas egipcias con el derrumbe de la estatua de Colón en Caracas, señala que ello se explica “por esa forma tan elemental y tan primitiva de analizar la vida y sus circunstancias…”.

   Como quiera que hemos participado del llamado a desechar toda expresión de culto a los colonizadores, sea en monumentos o en los textos de enseñanza, desde mucho antes de que apareciera en escena el Presidente Chávez, consideramos oportuna nuestra respuesta. Por otra parte, el análisis actual del hecho colonialista no puede desligarnos de su esencia misma, cualesquiera hayan sido las causas que movieron a las grandes potencias a emprender su aventura de conquista. La condena a los colonizadores no puede equipararse a un acto de maniqueísmo y así lo expusimos en nuestros dos artículos: “Condenar el colonialismo no es maniqueísmo” (laclase.info, 19/7/12) y “¡A derribar estatuas!  Ninguna nación digna erige monumentos al invasor!  (sitios red, 10/08/2012).

   De nuestra parte, pensamos haber zanjado la discusión con el amigo Fuenmayor, tanto en su primer artículo, como en el segundo: “La historia no es una lucha entre buenos y malos” (La Razón, 29/7/2012). Varios comentarios recibidos de nuestros lectores demuestran que este tipo de debates es necesario y pone en evidencia que la diversidad de criterios no equivale a interpretaciones erradas, pues nadie es poseedor absoluto de la objetividad.

   Pero el debate prosigue: un tercer artículo de Luis Fuenmayor Toro aparecido el 2/9/12 en un semanario de circulación nacional, nos paralizó de sorpresa. Su título: “¿Fue Venezuela invadida por España”? nos hizo pensar que la monarquía borbónica regida por el autor del famoso regaño “¿Por qué no te callas?”  Acababa de invadir nuestras costas. No de otra manera podría explicarse tal título. ¿O es que acaso existía Venezuela en el siglo XV?. De nuestras cavilaciones vino a sacarnos alguien que se adelantó a responder al doctor Fuenmayor.
   La Pulga incómoda  ofrece como primicia a sus lectores la carta de un irreverente colaborador, dirigida al ex Magnífico Rector de la Universidad de Caracas.
 

VENEZUELA INVADIÓ A ESPAÑA

       (CON CACAO, CAFÉ Y AÑIL, ORO Y PLATA EN BUSCA DEL DORADO)

Mensaje al Ex Magnífico Rector
de la Real y Pontificia Universidad de Caracas
Don Luis Fuenmayor Toro
No, Magnífico Rector, no parece que Ud. hubiese pasado por la casa de luz que vence las sombras (¿O fue por la  casa de sombras que vence la luz?).
El asunto fue al revés: Venezuela, que no existía, invadió a España, que también era inexistente. Y como las dos no existían en el siglo XV, entonces no se sabe quien cogió a quien. Pero de cualquier forma, el que salga preñado, la culpa es de Chávez.
Me explico: 
Después del crucero del crucero de placer que hizo don Cristóforo Colombo por este Paraíso Terrenal y de la limpieza de sangre contra la “Mancha de la Tierra” que hizo el Adelantado Don Diego de Losada, los indios y negros esclavizados –que éramos sus súbditos- sólo manifestamos nuestro agradecimiento a nuestro amado Rey enviándole cacao y café, para que él y sus cortesanos lo degustaran en las tacitas confeccionadas con oro y plata que generosamente le enviaban nuestros hermanos indios del Perú… Riqueza de la que esperamos que el Don Mariano Rajoy sepa utilizar sabiamente para salvar del caos y la miseria a la Banca de la “Madre Patria”  y por solidaridad castellana a la Comunidad Económica Europea y al mantenimiento, en El Valle de los Caídos, de la imperecedera memoria de Don Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios y de nuestro inolvidable Don Primo de Rivera…
El añil, por supuesto, tal vez le sirva para desmancharse el traje de algún derrame involuntario de cacao o café o de alguna chispita de mancha de la tierra o de alguno de los indignados de la Puerta del Sol.
            Atentamente:
 Yo, Don Aquiles Pinto S. Ravelo, declarado limpio de sangre y de solar conocido por Real Providencia de Su Majestad el Rey Carlos III.

Tabula Terra Nova, Strasbourg, 1513

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