martes, 2 de octubre de 2012

Autobús del regreso

Autobús del Regreso

CAPRILES RADONSKI: VIENE EL TIEMPO  DE LA SEGURIDAD Y TRANQUILIDAD


Aragua, 31/08/2012

Este viernes, el Autobús del Progreso hizo una parada en el estado Aragua para llevar su mensaje de esperanza, progreso y futuro a los vecinos de las poblaciones de Las Tejerías, El Consejo, La Victoria y San Mateo, pueblos donde el candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, reiteró su compromiso con la vida y tranquilidad de todos los venezolanos. Aseguró que el sueño de todos los venezolanos piensen como piensen es caminar por las calles y no sentir miedo, salir de noche y tener la tranquilidad que no van a ser víctimas de la violencia.
Desde La Victoria, Capriles Radonski aseguró que el 7 de octubre no se trata de cambiar simplemente un Presidente, se trata de construir un modelo y un camino, donde todo el esfuerzo de los aragüeños y venezolanos esté orientado a solucionar los problemas que realmente afectan al pueblo. “Quienes caen producto de la violencia son jóvenes, las cárceles están llenas de jóvenes. La revolución que lleva 14 años, no hizo nada por sacar a estos muchachos de la violencia. Ustedes saben que con este Gobierno no hay posibilidades de tener seguridad. Mi compromiso es un camino en el cual defendamos la vida y ese camino quiero que lo Construyamos juntos. Viene el tiempo de la seguridad y tranquilidad”.
Capriles Radonski insistió que para que los venezolanos caminen tranquilos hacia el progreso, es necesario fortalecer la educación y crear millones de empleos con calidad. “Hoy queremos comprometernos con ustedes en activar los parques industriales del estado Aragua. En la Venezuela del Progreso tendremos empresas que generen muchos empleos para combatir el problema de la inseguridad y para lograrlo se acabaran las confiscaciones y expropiaciones. Este proceso del 7 de octubre marcará el rumbo del país en los próximos años, si queremos un Gobierno al servicio del pueblo o un pueblo al servicio del Gobierno. Eso marca la diferencia”.
A partir del 7 de octubre seremos una sola Venezuela. Dejaremos atrás a quienes promueven el conflicto y tratan de dividir al pueblo. Venezuela necesita el esfuerzo de todos. Aquí se trata que cada quien pueda expresar sus ideas y sus creencias religiosas. Viene un Gobierno justo, de amor y sin prejuicios para Venezuela. Estamos a pocos días de abrir la puerta del futuro, de lo grande y bonito que viene para Venezuela”.
  “El mandado no está hecho aún, tenemos que hacerlo el 7 de octubre. Invitemos a todos a la construcción de esta Venezuela que queremos. Ese futuro está a la vuelta de la esquina. Tenemos que ir planificando todo los que queremos”.
Hacia la tranquilidad de ayer

SECUESTROS DE PERIODISTAS
Y VIOLENCIA POLICIAL



Caracas, 4 de febrero 1976

En sesión solemne el Congreso de la República ha conmemorado el aniversario de la Constitución Nacional. Allí, en el recinto parlamentario, se dieron la mano Pompeyo Máquez y Luis Augusto Dubuc, a quienes cupo el honor de integrar la comisión que acompañaría al Presidente Pérez desde el Salón Elíptico hasta la Cámara del Senado, ambos perseguidos de Pérez Jiménez en los años que precedieron al 58. El segundo, perseguidor implacable del primero al inicio  de la década del sesenta, cuando aún no se había perfilado la “paz democrática” que conduciría a los perseguidos de ayer a convertirse en aval de la “democracia” de sus perseguidores. Ambos congresistas estarían allí el 23 de enero de 1976, silenciando con los mismos fines la inutilidad de una Constitución pisoteada.
   El 20 de enero del 76, cuando estos guardianes de la Constitución preparan sus pomposos discursos, a pocos metros del Congreso, en una de las avenidas más concurridas de la ciudad, dos hombres armados irrumpen violentamente contra una periodista, le arrebatan sus papeles, la atropellan en presencia de un público que observa con ojos incrédulos, y la obligan a empujones a introducirse en un auto, sin otra explicación que la violencia, amparada bajo un solo término que lo encubre todo: la policía, los “cuerpos de seguridad” del Estado. Un grito de alerta –denunciando el secuestro, la violencia policial- alcanza a herir la calle antes de que el auto escape…
   A pasos precipitados la ofensiva policial va creciendo ante un parlamento mudo, una prensa muda, una opinión amordazada. Y en medio de este confuso silencio nadie parece oír el “Dramático llamado” (publicado como remitido porque no hubo para aquella fecha, 23/12/75, un diario que tuviese la valentía de recogerlo) de una esposa desesperada que denuncia ante el Presidente de la República, ante el Fiscal General, ante el Congreso, que su esposo, luego de tres días de desaparecido por un cuerpo policial, fue hallado detenido y víctima “de horrendas torturas: lo han enterrado vivo en el sector de La Mariposa, lo han lanzado atado a la misma represa, le han colocado bolsas plásticas en la cabeza para asfixiarle…” Y agrega que el solo delito de su marido es “haber pertenecido al movimiento revolucionario en la década del sesenta”.
   Todo esto ocurre aquí y ahora en la Venezuela “democrática” de 1976, “Año de la Constitución”, año de la oposición domesticada.



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