domingo, 9 de octubre de 2016

52 Años de la Operación Van Troi




El 9 de octubre de 1964 la Unidad Táctica de Combate “Iván Barreto Miliani”, adscrita a la Brigada Uno de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN),  realizan en Caracas una audaz acción que repercutiría en el mundo entero: la captura del teniente coronel estadounidense Michael Smolen, segundo jefe de la Misión Militar Aérea de EEUU en Venezuela.
En solidaridad con el pueblo vietnamita, la acción fue dirigida por el Comandante Gregorio (nombre de combate del guerrillero Luis Correa, quien falleció en Caracas en marzo de 2010).
Una llamada telefónica irrumpe en la redacción de los periódicos caraqueños: “Estamos llamándoles desde la Unidad Táctica de Combate “Iván Barreto Miliani”, de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), para informarles que hemos capturado al Teniente Coronel Michael Smolen, Segundo jefe de la Misión Militar Aérea de EEUU en Venezuela. Exigimos la suspensión del fusilamiento de Nguyen Van Troi, patriota vietnamita prisionero en Saigón. Si Van Troi es ejecutado, haremos lo mismo con Smolen”.
Para muy pocos redactores debió ser conocido que Van Troi, joven militante del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, había sido apresado cinco meses antes  cuando minaba un puente bajo control del ejército yanqui, en Saigón (hoy ciudad Ho Chi Minh), puente que sería atravesado al día siguiente por Robert McNamara, Secretario de Defensa de EEUU, y el embajador Henry Cabot Lodge. Condenado a muerte, su ejecución había sido anunciada desde los primeros días de octubre
La noticia del secuestro de Smolen recorrió el mundo e igualmente repercutió a través de agencias la información de que EEUU había ordenado al gobierno de Saigon aplazar la ejecución de Van Troi hasta tanto fuese localizado Smolen.
En Caracas la represión se acentúa. El cerco se va estrechando. ¿Ejecutar al rehén? Ello habría implicado el rápido fusilamiento de Van Troi. El 12 de octubre se opta por liberar a Smolen. En la misma fecha, el  Departamento de Estado ordena al gobierno títere de Saigón ejecutar el fusilamiento del valiente joven, hasta cuya celda había llegado una esperanza de vida, gracias a la solidaridad de lejanos combatientes venezolanos.
Eran acciones heroicas. Sólo quedan las huellas.

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