lunes, 31 de agosto de 2015

Promoción de Periodistas “Correo del Orinoco” 1962 - UCV


Tiempos Tempestuosos

Más de un centenar de aspirantes a cursar periodismo desbordaban el aula dieciocho de la Escuela de Educación de la Universidad Central, donde el Profesor Guillermo Korn dictaba una clase demostrativa de técnica gráfica. Muchos que no habían logrado tomar asiento escuchaban de pie, desde las amplias puertas traseras del aula que comunicaban con los espacios verdes circundantes, la disertación del Profesor.  Su verbo fácil, su dominio del tema, no dejaban campo para plantearse aquella interrogante de Carlos Marx: “¿No desaparecen necesariamente los cantos, las leyendas y la Musa ante la regleta del tipógrafo?”.

       Los atentos oyentes no eran otros que los primeros en trasponer las aulas universitarias después del 23 de enero de 1958, para regularizar su situación como estudiantes en la Escuela de Periodismo, una vez derrocada la dictadura. Se trataba de un grupo heterogéneo en edades y en condiciones. En su mayoría profesionales de la prensa, ingresaban a la Universidad mediante un examen de admisión. Pero había también jóvenes bachilleres, maestras, profesores de secundaria. Las puertas de la Universidad se abrían para recibirles en medio de la euforia de aquellos meses posteriores al 23 de Enero.

       Divididos en dos grandes grupos –cursos matutino y vespertino-, aquellos aspirantes al título universitario en periodismo fueron reduciéndose en número. Al finalizar el año académico 1962, en el curso vespertino –el más numeroso- sólo quedábamos unos treinta. Es ésta la promoción Correo del Orinoco, egresada el 16 de agosto de 1962. La integraban, entre otros: Raúl Antoni, Víctor Arroyo, Consuelo Azpúrua, Irma Barreto, Beatriz Briceño Picón, Ángel Cárdenas, Félix Cardona Moreno, Santiago Córdoba, Eliane Dallongeville, Simón Ferrer, Gladys García Delgado, Servando García Ponce, Armando González González, Manuel Guerra Indriago,  Miguel Leal, Carmen López de Mejía, Luis Moreno Gómez, Santos Muñoz Bogarín, Próspero Navarro Sotillo, Luis Ramón Núñez, Víctor Paredes Medina, Homero Urribarrí, Antonio Valdez. Otros compañeros, como Victoria Saavedra, Alicia Briceño, Corina Pérez Parra, Gilberto Alcalá, Gudrun Olbrich, inicialmente en el curso, egresaron posteriormente.

       Asumía Héctor Mujica la dirección de la Escuela. Entre los profesores recordamos a Raúl Agudo Freites, Pascual Venegas Filardo, Luis Aníbal Gómez, Pedro Beroes, Ramón Escovar Salom, Héctor Malavé Mata (implacable con sus fórmulas económicas), Federico Brito Figueroa, Alfonso Rumazo González, José Ramón Medina.

       Eran tiempos de batallas aquellos. Como muy bien lo señala Beatriz Briceño Picón en un artículo titulado “Periodismo de la Democracia” (El Universal, 16/09/1987), conmemorando los 25 años de nuestra promoción, “fueron aquellos tiempos muy especiales, con profesores también muy singulares, que nos dejaron huella profunda (…) Los tiempos de Betancourt no fueron fáciles y eso tenía alta resonancia en la Universidad, donde se hacía proselitismo guerrillero y muchos estudiantes tomaron el camino del interior. El alma mater ardía y hasta nuestro director estuvo “asilado” en su despacho de la Escuela de Periodismo (…) Se mantenía ese espíritu tan propio de quienes sienten que participan en momentos cruciales de la vida de su pueblo…”

       Los profesores no podían ser indiferentes ante esta efervescencia que sacudía las aulas. Pero mantenían su compostura en el podium magistral, cualquiera fuese su posición política. Recordamos una anécdota. A raíz de acciones represivas que conmovían la capital venezolana durante el gobierno de Betancourt, los partidos y organizaciones de izquierda habían convocado a una manifestación. Nuestro variopinto curso, incluyendo a trajinados dirigentes comunistas como Servando García Ponce, nada querían saber de huelgas ni de manifestaciones, pues asistían a las aulas para graduarse. Pero no todos pensábamos igual.

Se disponía el profesor Pascual Venegas Filardo a iniciar su clase de Geografía, cuando dos estudiantes, Gladys García e Irma Barreto, se le acercaron para pedir sólo dos minutos a fin de dirigirse al curso.

       -Si es relacionado con la actividad docente, pueden hacerlo, dijo el Profesor.

       Sin preámbulos, una de las interlocutoras arengó al curso:

       -Permanecer sentados en las aulas cuando en el país están ocurriendo hechos que demandan acción, es dar la espalda al acontecer nacional. La Geografía puede estudiarse en los textos, pero la represión actual exige nuestra presencia.  ¡A la calle!

       Muy pocos aplaudieron y se pusieron de pie, mientras los mayorcitos y los circunspectos permanecían en sus asientos. El Profesor exclamó como Miranda: “Esto es bochinche”. Y salió del aula. Algunos compañeros y compañeras fueron enganchados por nuestro ímpetu y nos siguieron hacia El Silencio. Otros, entre ellos Servando García Ponce, nos amonestaron y se negaron a acompañarnos.

       Eran éstas nuestras vivencias de aquellos agitados días. Desde entonces se ha deslizado más de medio siglo… ¿Qué ha sido de nuestras vidas, de nuestros sueños, de nuestros proyectos y arengas o de la moderación en aras de un futuro equilibrado y tranquilo?

       ¿Cuántos sobrevivimos a aquellos tiempos tempestuosos? ¿Hemos anclado en un mar de calma? Nooo!  La calma es la no existencia y aún vivimos en tiempo de batallas. ¿Qué hemos sembrado? ¿Cuál es nuestra cosecha?

       ¿Podríamos parafrasear a Neruda diciendo “Nosotros los de entonces ya no somos los mismos”?

       Obviamente no podemos serlo, pues más de medio siglo sobre nuestra humanidad tiene que haber operado cambios. La dialéctica es implacable. Pero estos cambios llevan implícita nuestra voluntad, nuestra búsqueda en determinada dirección, nuestra perseverancia hacia esa meta o nuestra claudicación.  Cada quien, según la forja de sus principios y de su acción, podrá responder si en sus alforjas lleva el suficiente caudal para transmitir esperanza a las nuevas generaciones.

Caracas, 16 de agosto de 2015, en el LIII aniversario de la promoción de periodistas “Correo del Orinoco”  - UCV.

      




















 

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