martes, 25 de abril de 2023

Hilando sueños

 Cuando oìmos las sinfonìas de Beethoven nos adentramos en la vida y encontramos que el mundo encierra maravillas donde podemos hallar alegrìas o tristezas que nos haràn soñar. Inmiscuidos  en nuestro mundo interior apenas notamos la belleza de cuanto nos rodea. El canto de un pàjaro que se asoma a nuestra ventana y deja caer sus plumas en la tierra seca de un matero. Las abejas libando el néctar de las flores. Los recuerdos perdidos en la sombrìa memoria de seres que ya no estàn, que dejaron un eco imperecedero en nuestra existencia y permiten que esa voz  nos llame y nos haga oìr rumores como el cristal de las aguas cortadas por el viento.

Vamos de paso. ¿Quièn ha vencido el camino de la eternidad?   Quizàs en lagunas doradas por el sol està la memoria de aquellos   que vinieron a nuestro encuentro a decirnos que los fogones de leña siguen encendidos. No se dejaràn apagar aquellas llamas ardientes de nuestra memoria. En el tronco de un àrbol  se agigantan las llamas y lanzan gritos desesperados. Nadie se atreverìa a apagarlas. Tal es su fuerza. En poco tiempo esas llamas se habràn robustecido.

Una piedra inmensa  con estrellas de talco adheridas parece interrumpir el paso

 A sus pies un riachuelo rìe ruidosamente, como burlàndose del caminante.   

En un agujero subrepticio, cavado por un pàjaro de inmensas alas, dos pequeños huevos esperan  calor.

El mundo rìe. Tras aquella risa està la magia de un fuego interno inextinguible. ¿Quièn se atreverìa a extinguirlo?                                                                                                                                                               

domingo, 23 de abril de 2023

 No es frecuente en los pueblos recibir la visita inesperada de la ùnica maestra del lugar, en este caso acompañada de otra maestra  residente en Mucurubà, Estado Mèrida (Venezuela). Tornemos las pàginas de los recuerdos y veamos còmo, gracias a esa sorpresiva visita, quien esto escribe y su hermana Graciela, nacida dos años antes, nos salvamos de quedar hasta hoy analfabetas. 

Tras un biombo de tela que permitìa escuchar la conversaciòn pero no dejaba ver nuestra imagen, doña Rafaela Rodrìguez, maestra de la ùnica escuela para niñas en el lugar (Escuela Federal Nº 500) y Leonor Volcanes, tambièn maestra, quien acababa de llegar de Mucurubà (1), trataban de covencer a doña Camila de que inscribiera  sus hjas en la escuela, pues el tiempo transcurrìa en espera de una  beca de estudios prometida por un primo de doña Camila,  Atilio Araujo Miliani, entonces Gobernador del Estado Trujillo.

Nuestro padre, Don Felipe Antonio Barreto confiaba en que doña Camila decidirìa  lo concerniete a la educaciòn de las niñas.

Es el año 1941. doña Camila esperaba el nacimiento de su 5º hijo varòn: Ivàn Darìo. Sus cuatro hijos nacidos antes aprendieron con ella a leer.  Muy exigente fue doña Camila en cuanto a la enseñanza de la lectura: no permitìa equivocaciòn alguna y recurrìa al deletreado hasta alcanzar una lectura perfecta. 

  ¿Por què doña Camila no enseñò a sus hijos a escribir? Porque ella misma apenas aprendiò lo que le enseñara la maestra de Jajò, Estado Trujillo, donde asistiò pocos meses, pues doña Rosa no querìa que sus hijas adolescentes atravesaran solas las calles.

Muy exigente fue doña Camila en cuanto a la enseñanza de la lectura. No permitìa equivocaciòn alguna. Ello nos causaba fastidio, pues nos habrìa gustado hacer dibujos, pero doña Camila pensaba que era una pèrdida de tiempo.

¿Por què doña Camila decidiò ir a vivir en San Cristòbal de Torondoy (Estado Mèrida) si habìa nacido en Jajò, Estado Trujillo (Venezuela)?

Si traemos a la memoria la historia narrada mil veces por doña Camila, la familia Miliani Araujo emigrò hacia aquel desconocido pueblo de San Cristòbal  de Torondoy con el fin de instalarse en la hacienda Las Mesadas, lugar elegido por Marìa, su segunda hija, cuando ella decidiò contraer matrimonio con Francisco Barone el viejo, luego de una visita de èste a Jajò (Estado Trujillo - Venezuela). Marìa habìa decidido visitar Jajò para hablar con el General Juan Bautista Araujo (el viejo) y expresar su propòsito de contraer matrimonio e instalarse en la hacienda administrada por Francisco Barone  (padre), habitada entonces por cinco hijos habidos en el primer matrimonio.

Ya en el lugar, Marìa verificò que no era posible habitar el lugar por ella elegido, pues don Francisco Barone (padre) tenìa otro nido ocupado por  sus cinco hijos nacidos durante su matrimonio . De allì que Marìa decidiera  instalarse en San Cristòbal de Torondoy (Estado Mèrida - Venezuela), un remoto pueblo del Estado Mèrida regado por hermosas cascadas y productor de cafè, cultivo entonces apreciado como el oro en los mercados internacionales.

Ya en San Cristòbal de Torondoy - Municipio Torondoy - Estado Mèrida (Venezuela)  a doña Marìa le extrañò que a alguien se le ocurriera adentrarse en aquel lugar desprovisto de carretera, lleno de precipicios y de profundidades mortales. Sòlo una persona con singular  habilidad se habrìa atrevido a internarse en aquellas montañas bañadas  por hermosas cascadas que comunicaban belleza extraordinaria al paisaje. Tal pesonaje no era otro que un alemàn con total desconocimiento de la lengua  castellana. ¿Quièn podrìa enseñarle algunas palabras? Pensò que nadie màs adecuado que el maestro del lugar. Hacia allì, con gran destreza, hizo rodar su vehìculo. Pero antes decidiò detenerse en la primera casa del pueblo, habitada por viejos conocedores del lugar. Mediante señales, con alguna que otra palabra, les dio a entender que deseaba hablar con el maestro de escuela. Allì aprendiò lo indispensable para llegar hasta la cabecera del pueblo. Con señales preguntò por un carpintero.

El alemàn no era otro que Juan Schusler (verificar còmo se escribe).  Tapàndose la boca con el dedo le indicò qe precisaba absoluto silencio. El carpintero, de nombre Macario Salcedo, le dio a entender que podìa tenerle plena confianza. No transcurriò mucho tiempo sin que Juan Schusler (?) se instalase còmodamente en la mejor casa del pueblo, dotada de la ùnica piscina que se conociò en el lugar. Dìjole el Sr. Macario que su problema para llegar todos los dìas a la hora convenida era la carencia de casa propia en San Cristòbal. El alemàn resolviò tal problema obsequiàndole una casa por su trabajo.


El   autor  del   diseño  no  es otro  que Osvaldo Barreto Pèrez (Machu Picchu), conocido como         oscuraldo Barreto, gran diseñador convertido en narrador, quien obtuvo el primer premio con su trabajo sobre  las etnias (verificar y completar). Este trabajo que titulamos "NOTICIAS QUE REANIMAN" da cuenta de la obtenciòn del primer premio de Osvaldo Barreto Pèrez, residente en Tàchira (Venezuela)

Reconocemos  a   Simòn  Campos,  mi  nieto,  el haber sugerido el nombre de   "La Pulga incòmoda",    -por nosotros destinado a otro trabajo-