martes, 4 de noviembre de 2014

HACE 96 AÑOS FINALIZÓ UN CONFLICTO SANGRIENTO



           El 4 de Noviembre de 1918 marca el fin de la Primera Guerra Mundial, luego del armisticio firmado un día antes en Villa Giusti, Padova, entre Italia y el imperio Austro-Húngaro. Fueron cuatro años de sangriento conflicto entre potencias por el reparto del mundo.

       El asesinato del archiduque Francisco Fernando –heredero del trono austríaco- y de su esposa Sofía, ocurrido en Sarajevo el 28 de junio de 1914, fue la gota que derramó el vaso de las contradicciones que venían agitando las rivalidades entre Austria y Servia por la posesión de territorios. Con tal pretexto, el imperio austríaco declara la guerra a Servia, desencadenando así un conflicto en el que participarían veinte naciones de todos los continentes.

       ¿Significa el armisticio de Villa Giusti una victoria en el avance social de los pueblos?

       Dejemos la respuesta a una organización de jóvenes italianos (http://www.giovanicomunistipavia.org/publicada en la red el 1 de nov. de  2004, vigente hoy y siempre:


       Los millones de muertos de la Gran Guerra sólo contribuyeron a un nuevo reparto del mundo


4 de noviembre: ¿hay algo que festejar?
            El 4 de noviembre en Italia es la Fiesta de las Fuerzas Armadas, recordando la victoria del Reino de Italia en la Primera Guerra mundial. En efecto, el 4 de noviembre de 1918 entró en vigor el armisticio entre el Reino de Italia y Austria-Hungría. La terrible masacre de la Gran Guerra duró media década y costó la vida de ocho millones y medio de personas, a lo cual se agregan casi ocho millones de prisioneros y desplazados y 21 millones de heridos. En Italia tal horror se festeja porque el imperialismo italiano, habiendo vencido, logró arrancar a sus enemigos algunos territorios, en parte poblados por italianos (Trento, Trieste), en parte por otras poblaciones (Tirol del Sur, Istria, algunas islas del mar Egeo…) para las cuales el 4 de noviembre significó el inicio de una nueva opresión nacional. Estas conquistas se agregaron a las colonias en África del Norte y Albania. ¡Al final, aquellos millones de muertos sólo contribuyeron a repartir de otra manera los territorios y las colonias de las potencias imperialistas!
        El grotesco nacionalismo tricolor, que ahogó en un inútil baño de sangre a millones de jóvenes italianos, ha sido siempre reivindicado por patrones y  fascistas. Sabido es que entre los primeros reclutas del  fascismo figuraban muchos oficiales y suboficiales nacionalistas veteranos de la Primera Guerra Mundial, formados por la guerra en espíritu de ciega obediencia, de militarismo desenfrenado, de anticomunismo, de desprecio hacia los otros pueblos.
        ¿Quién se opuso, en cambio, a aquel infame conflicto que enfrentaba obreros y campesinos unos contra otros, para favorecer los intereses de las clases dominantes? Los comunistas y los poquísimos socialistas que mantuvieron una posición internacionalista. Las revoluciones obreras culminaron la guerra, derribando las monarquías rusa (la Revolución de Octubre proclamó la paz como su primer acto oficial),  alemana y austro-húngara. 
Hoy son los herederos del fascismo quienes  conducen guerras colonialistas
Con el intento de revivir anacrónicos sentimientos “patrióticos”, los herederos del fascismo desencadenan  guerras colonialistas, como ha ocurrido en Irak. Una vez más queda al desnudo el vínculo entre nacionalismo, guerra, imperialismo y fascismo. 

 ¡No a la guerra imperialista! 
 ¡No al racismo contra los inmigrantes! 
 ¡NO AL FASCISMO!!

http://www.giovanicomunistipavia.org/