En el XXXVIII aniversario de muerte de Mao
Zedong
Tres
años habían transcurrido desde el
fallecimiento del gran líder Mao Zedong cuando llegamos a China en noviembre de
1979, para trabajar en la Agencia de Noticias Xinhua. Estábamos aún bajo la
influencia de aquel conmocionado año 1976, cuyos sucesos harían historia:
muerte de otros dos grandes dirigentes, Zhou Enlai y Zhu De, forjador este
último del Ejército Rojo y partícipe de la Gran Marcha; repercusión
internacional de la campaña desplegada en la prensa china alertando sobre la
presencia de “un viento derechista”, campaña seguida por la destitución de
todos sus cargos del “obstinado seguidor
del camino capitalista dentro del Partido”, quien no era otro que Deng
Xiaoping, promotor de aquella marea derechista; mensaje del Comité Central del
PCCH ratificando que proseguiría la “Gran Revolución Cultural Proletaria” y se mantendría el principio de tomar la
lucha de clases como clave, decisiones éstas que serían en pocos días revocadas
para dar paso a la destitución del equipo dirigente de la Revolución Cultural,
seguida de una campaña de desprestigio en su contra.
Menos
de un año después (julio 1977) Deng Xiaoping es restituido en todos sus Cargos,
incluyendo el de jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Liberación. Un mes más tarde, en reunión del CC del
Partido, se da por terminada la Revolución Cultural.
Nuestra
llegada a Beijing coincidió con el estudio en todas las entidades políticas de
un documento programático de largo alcance: el discurso del Presidente de la
Asamblea Popular Nacional, Ye Jianying, con motivo del XXX aniversario de
fundación de la República Popular China. Su esencia: dar por terminada la lucha
de clases, desplazando la acción hacia el desarrollo de las fuerzas
productivas. Se echaba así por tierra la línea de Mao Zedong. El dirigente
chino sostuvo que la lucha de clases debía mantenerse durante todo el período
de construcción socialista, pues las clases derrocadas pugnaban por recuperar
terreno e incluso estaban enquistadas dentro del Partido.
Frases
como “gran timonel”, “gran mando supremo” y otras que endiosaban a Mao Zedong
habían desaparecido de las publicaciones chinas y observábamos una sonrisa
irónica en nuestros compañeros de trabajo cuando nos deteníamos en algún viejo
artículo que las contuviese. Formaban parte de un culto erróneo y debían
erradicarse.
Atreverse a pensar
Quienes
hoy en Venezuela tienen la responsabilidad de la comunicación e información
deberían profundizar sus conocimientos históricos y su formación política. Es
irresponsable que en una nota, publicada en la prensa oficial bajo el sello del
Ministerio para la Comunicación e Información, conmemorando el aniversario del
fallecimiento de Mao Zedong, se le mencione como “autor del Libro Rojo” y “Gran
Timonel de la Revolución Cultural”.
Deseamos
precisar a la Ministra de esta Cartera, clave en la formación de opinión
pública y de las nuevas generaciones de venezolanos, conjuntamente con el
Ministerio de Educación, que el llamado “libro rojo” es una compilación de
citas extraídas de diversas obras del dirigente chino y utilizadas durante el
decenio 1966-76 como mágica panacea para resolver todos los problemas. Es
absurdo publicitar que Mao Zedong fue “autor del libro rojo”.
Gran
número de escritos que han contribuido al desarrollo de la teoría
revolucionaria dejó el dirigente chino. Para la fecha de su fallecimiento se
encontraba en preparación el V Tomo de sus Obras Escogidas, el cual vio la luz
en marzo de 1977 y recoge escritos de 1949 a 1957. No tenemos conocimiento de
que se haya continuado la publicación de sus obras.
Como
es sabido, el líder chino logró una acertada combinación entre la práctica y la
teoría revolucionarias, vivencias que plasmó en ensayos, discursos e
intervenciones escritas en un lenguaje sencillo, asequible a las mayorías. De
allí los estrechos vínculos con su pueblo. El giro hacia un culto casi
religioso a su persona fue obra de algunos de sus allegados, quienes pretendían
utilizar su prestigio con fines propios (1).
Sugerimos
a la ciudadana Ministra de Comunicación en Venezuela hojear estos volúmenes,
aunque sea someramente. Encontrará allí, sin duda, la insistente exhortación de
Mao Zedong: “¡Atreverse a pensar!”,
tan opuesta al cómodo recurso de “corte
y pegue”, importado con internet.
Y
esto va también con quienes se ocupan de las columnas de “Efemérides” y de
crear opinión. En la prensa oficial (tomado de la “Agenda Cultural
Encontrarte”, 9/9/2014) leemos este adefesio al conmemorar la muerte de Mao Zedong: “Bajo su liderazgo, el Partido
Comunista llegó al poder en la China continental en 1949, tras la
victoria en la Guerra Civil contra las
fuerzas de la República de China”.
¡Pobre
formación la de los educandos venezolanos si recurren como apoyo a medios
impresos o digitales emanados de esferas oficiales!
Quienes
tienen a su cargo la información y la obligación de revisar su contenido
deberían saber que China es una sola. Al hablar de “la China Continental” cuando
aluden a la República Popular China, o a “La República de China” para referirse a Taiwan, están demostrando
una supina ignorancia y deberían regresar a las aulas escolares. Más grave aún es desconocer contra quiénes se
libró durante años la Guerra Popular de Liberación en China, hasta la toma del poder en 1949.
¡Investiguen,
señores comunicadores!
(1) Cfr. La
deificación de Mao Zedong y sus consecuencias, en China: la lucha no ha cesado, Irma Barreto,
UCV – EBUC, colec. Rectorado, Caracas, 1990.
irbami@cantv.net