Irma
Barreto
Convertir en cola el lead
de la información, obedeciendo intereses pautados, no es hacer periodismo.
Nos referimos al texto publicado en
Ciudad Caracas el jueves 25/08/2016 bajo el título “El capitalismo se basa en
la mentira y la manipulación”, en el cual se da a conocer la exposición de la
economista Judith Valencia, docente de la Universidad Central de Venezuela, en
el Foro Economía Venezolana – Presente y perspectiva (IV), organizado por el
INCES (Instituto Nacional de Cooperación Educativa Socialista).
Al iniciar el foro, el INCES señaló su
propósito de “contribuir con la construcción del nuevo modelo económico
productivo del país y erradicar el modelo económico rentista”, además de
“proveer a la clase trabajadora de herramientas de
análisis acerca de la situación económica del país”.
Esto significa que el
periodista a quien corresponda transmitir el contenido de las exposiciones debe
ceñirse a la objetividad de las mismas, sin sesgos perversos que las manipulen.
El modelo capitalista no
cesó en 1999
La economista
Valencia precisó sin cortapisas: “La manipulación de quienes apuestan a la
continuación del modelo capitalista no cesó tras la llegada al poder en 1999 de
la Revolución Bolivariana con el Comandante Chávez al frente.
“La estrategia entonces se basó en crear una matriz
de opinión “que nos dice que el rentismo es el mal, justo en el momento en que
la Revolución y Chávez hacen del rentismo el uso y el desarrollo de las fuerzas
productivas y nos ponen a repetir como loritos que hay que acabar
con el rentismo”.
Estos
dos párrafos encierran la esencia de una exposición que, tras un vistazo
histórico de la evolución del capitalismo, desemboca en la conclusión de que el
rentismo –en la etapa del mal llamado socialismo del siglo XXI- se encuentra en pleno apogeo.
Y
sólo a partir de este análisis, señalando la amenaza del rentismo minero que
complementará al rentismo petrolero, se contribuiría a proveer a la clase
trabajadora de las herramientas que podrían conducirle a situar en su justo
lugar las consecuencias que traerá la “alianza” ya refrendada por el Ejecutivo
venezolano con voraces empresas depredadoras. Al calibrar tan siniestro
panorama, los trabajadores deberán actuar en consecuencia.
Ética
periodística versus Docilidad
Obviamente,
un periodismo domesticado, sujeto a normas pautadas, hará añicos de la ética
profesional. Arrinconará en la cola de la noticia lo que aún no se atreve a
tachar, pero cuya lectura trata de minimizar,
aspirando a invisibilizarla ante el lector.
No
de tales periodistas podrá la clase trabajadora esperar herramientas de
análisis de la situación económica venezolana. Pero no hay duda de que los
trabajadores llegarán a sus propias conclusiones y su acción hará temblar a
quienes continúan afincados en la manipulación y la mentira y a sus dóciles
corifeos.