Vuelvan
Caras nace como una voz de alerta contra el culto a viejos y nuevos colonizadores
Treinta y cinco años es la mitad de la
vida, si evocamos el extraordinario canto de Dante Alighieri. A finales de los
años 70, cuando surge el grupo de acción cultural Vuelvan Caras, la mayor parte de sus integrantes y colaboradores no
llegaban a esa edad. Se trataba de un grupo efervescente, desencantado de
siglas políticas. Muy pocos traspasábamos esa línea etaria demarcatoria, por lo
cual es un don que disfrutemos aún la posibilidad de describir aquellas
vivencias y de exhortar a nuevas acciones.
Un recorte de prensa amarillento y
trasquilado por el peso de 35 años nos obliga a rememorar aquella etapa. Fue
dejado sobre nuestro escritorio por alguien que desde el primer momento se
destacó como eje (íbamos a decir motor, pero hoy en Venezuela es éste un
término desprestigiado y de efecto contrario a su significado), como eje –decimos-
de Vuelvan Caras. Nos referimos a
Ramón Solórzano, docente con inquietudes de transformación social, nativo de
Guárico y entonces formador de juventudes en aulas caraqueñas.
Vuelvan
Caras nace como una voz de alerta contra el culto a
viejos y nuevos colonizadores. Sus primeros volantes exhortaban a derribar
todas las estatuas erigidas en Venezuela a los colonizadores y, paralelamente,
a revisar y modificar los textos de enseñanza de historia.
En julio de 1979, en el Patio de Los
Leones del Concejo Municipal de Caracas, la Cámara Edilicia decide otorgar la condecoración
“Diego de Losada” a 72 venezolanos, entre ellos muchos autoproclamados
socialistas. Obtuvimos tal información apenas algunas horas antes del acto. Era
preciso actuar de prisa. Con celeridad fue elaborado un volante con la imagen
del conquistador masacrando indígenas. ¿Quién se encargaría de hacer entrega
del mismo a los condecorados? La solución fue hallada por Ramón Solórzano: su
pequeña hija Maryeling se acercaría a cada condecorado para ofrecerle como
trofeo la imagen del exterminador. El primero en recibirla fue Pompeyo Márquez.
En Valle de La Pascua
A fines de 1980,
durante nuestra ausencia de Venezuela, quienes quedaron al frente de Vuelvan Caras continuaron desplegando
actividades: foros, impresión y reparto de hojas volantes, acciones de calle para denunciar las nuevas formas de colonialismo y sus rezagos a nivel internacional, la pleitesía de los gobernantes ante los íconos colonialistas. Dentro de este marco de acción se efectuó en el Instituto
Universitario Tecnológico de Los Llanos, en Valle de La Pascua (Guárico) el Foro-Presentación del libro Los Textos de Historia y el culto al colonialismo, organizado por R.Solórzano, con
la participación de los profesores Luis Cipriano Rodríguez y Carlos González.
En Caracas, desde el nacimiento del
grupo se distinguió Vladimir Blanco,
distribuidor de publicaciones y activista político; posteriormente Rosa
Jerez de Solórzano, maestra, quien desde las
aulas escolares empezó a impartir la enseñanza de historia desacatando las
pautas oficialmente programadas; Diógenes Jiménez (El Chino); María Hernández,
activista estudiantil; Armando Rodríguez. ¿Y cómo no mencionar con profunda
tristeza a Manuel Basanta, uno de los más jóvenes del grupo, y a Mauro Blanco, editor, sin
cuyo dinamismo y firme disposición no habríamos logrado sacar oportunamente a
la luz todo el material de Vuelvan Caras? Mauro y Manuel simbolizan una punzada
cortante de Tánatos, cuando de ellos tanto se esperaba.
¿Proyección o extinción?
Después de varios años de inacción,
tratamos de reanudar Vuelvan Caras
convocando a una reunión para el 12 de octubre de 2013. La agenda fue
programada por Vladimir Blanco e I.B., bajo el punto esencial: VUELVAN CARAS DE
AYER A HOY. Además de los promotores (V.B e I.B) estuvieron presentes María
Hernández, Mauro Blanco, Rosa Jerez y Armando Rodríguez. Predominó el criterio de reactivar el grupo, pero no hubo propuestas concretas hacia el logro de
tal objetivo en breve plazo.
Posteriormente, una tesista
universitaria, quien utilizó el libro Los
textos … en su trabajo de grado, se mostró interesada en participar –junto
con otros estudiantes y recién graduados- en la reactivación del grupo. Los
fundadores de V.C. fueron informados de esta inquietud. No ha habido respuesta.
Dado que Átropos, la Parca inflexible,
debe estar por tocar a mi puerta, no quisiera atender su llamado sin antes
conocer la nueva ruta de V.C. ¿Le dejaremos fenecer o le oxigenamos con nuevas
voluntades, aportando cada quien desde su lugar de acción lo que aún nos quede
de posibilidades, de ideas, de capacidad y voluntad de acción?
El momento histórico está reclamando
voces críticas y disposición de actuar
sin arredrarse.
Si retrocedemos 35 años podremos
escuchar el llanto de la Sierra de Imataca y de la Gran Sabana, cuando el
tendido eléctrico Venezuela-Brasil causaba daños irreversibles a la pródiga
natura:
“… gimen los árboles y los ríos; ya no
se anidan en sus bosques el colibrí ni el quetzal, ni encuentra el jaguar su
viejo hábitat en deforestados terrenos; migran los peces o aparecen muertos por
efecto del mercurio y del cianuro que envenenan las aguas, mientras hombres
extraños a las churuatas compiten ávidamente en la extracción minera”
(Los textos de historia…, 2da. edic., 2009,
p.54)
Todo esto es pálido comparado con el
Proyecto del Arco Minero del Orinoco, en una extensión de 12.000 Km.2, aprobado
por los actuales gobernantes de Venezuela para refrendar la entrega de nuestro
subsuelo a voraces empresas transnacionales. Sustituir el centenario y
devaluado rentismo petrolero por otro rentismo más nocivo y productivo, que -a cambio de dólares- satisfaga la codicia de empresas ávidas de oro, diamantes y
minerales preciosos, es la meta inmediata de quienes, a su vez, están
desesperados por divisas para continuar dilapidando.
Corresponde
a VUELVAN
CARAS un papel activo en el presente momento histórico. Debe asumir la
campaña de protesta contra tan nefasto
proyecto, entreguista de la Soberanía Nacional. Como fundadores de aquel grupo, atrevido en sus propuestas, no podemos
inclinar la cerviz ante quienes carecen de
dignidad para representar al pueblo venezolano. Exhortamos a los jóvenes
opuestos a toda forma de colonialismo a oponerse de frente a tan vergonzosa
entrega.
A la voz de ¡VUELVAN CARAS! hagamos retroceder el vil Proyecto del Arco Minero del Orinoco.