Desde junio de 2011 comenzó a circular en
Venezuela la publicación “Independencia 200”, elaborada por investigadores de
organismos estatales con propósitos -según sus promotores- “pedagógicos” y de “enaltecer
la venezolanidad y su historia”.
Hoy 27 de junio, cuando se celebra en el
país el Día del Periodista en conmemoración de la aparición del periódico
patriota El Correo del Orinoco (1818),
conviene resaltar la importancia de la objetividad, particularmente si se
pretende cumplir objetivos pedagógicos. Veamos cómo tales enunciados suelen divorciarse de la práctica:
Carta a Independencia 200 25/01/|12
Tengo frente a mí
el número 167 de su publicación, correspondiente a 1977, año en el cual fui
reseñada en la cárcel de Tocuyito como reo ”por haber cometido el DELITO DE
REBELION MILITAR”. Al comparecer ante el Consejo de Guerra (en San Bernardino),
donde se me citó luego de innumerables allanamientos domiciliarios por parte de
la tenebrosa Disip, sin otra explicación que la de acusarme de estar incursa en
el mencionado “delito”, se convocó a los cuerpos represivos (Disip, Guardia
Nacional) para que me trasladasen -como peligrosa delincuente- a la sede del
Cuartel San Carlos, desde donde, luego de minuciosa requisa, se me condujo -con
desproporcionada custodia militar- a la cárcel de Tocuyito.
Ocurrieron estos hechos durante el primer mandato del Presidente Carlos Andrés Pérez, cuando representantes del puntofijismo se jactaban de alzar las banderas de la democracia.
Ocurrieron estos hechos durante el primer mandato del Presidente Carlos Andrés Pérez, cuando representantes del puntofijismo se jactaban de alzar las banderas de la democracia.
- ¿Mi delito?
-Ser autora de un
reportaje sobre la fuga de presos políticos de la carcel de La Pica, a quienes
entrevisté en las montañas de Oriente, corriendo todos los riesgos que en aquel
momento entrañaba la labor periodística enfrentada a un gobierno antipopular,
represivo y entreguista. Al siguiente día de mi reclusión en Tocuyito llegó
Doris Francia, entonces directora del semanario Ruptura, en cuyas
páginas había salido un artículo suyo titulado “Los presos de la pica conquistan
su libertad”. Se trató de un juicio conjunto (ambas figurábamos en el mismo
expediente), donde se nos cobraba nuestra militancia revolucionaria de larga
data.
A Doris se le acusó de “instigación a la
rebelión militar”, mientras la suscrita -a juicio del gobierno- pasó a ser una
rebelada militar, como cualquier soldado. Un juicio insólito, carente de toda
justificación legal. Doris, no colegiada ni miembro del SNTP, hubo de pagar las
peores consecuencias (permaneciendo más de un año en Tocuyito), pues su
artículo había sido publicado en Ruptura, periódico a todas luces
vinculado con la gente de Douglas Bravo. En cambio, el reportaje de quien esto escribe
fue publicado en la prensa burguesa (revista Élite), de la cadena
Capriles, quienes en ningún momento dieron la cara ni enviaron saludo alguno
a las celdas de Tocuyito. Gracias a la solidaridad de colegas, militantes y
estudiantes, quienes inundaron con “pintas” los muros de ciudades y poblados, y
a las gestiones del CNP y SNTP, pude recobrar la libertad en menos de dos
meses.
Obvia decir que los Capriles se aprovecharon de mi circunstancia política para ofrecerme remuneración de hambre, como colaboradora free lance (a fin de evadir toda responsabilidad gremial), precisamente cuando necesitaba que en publicaciones periodísticas se hiciese presente mi nombre, al cual el gobierno se empeñaba en vincular con las guerrillas. Conocedores de tal situación, los camaradas chinos me invitaron a trabajar en la Agencia de Noticias Xinhua, donde permanecí varios años.
Obvia decir que los Capriles se aprovecharon de mi circunstancia política para ofrecerme remuneración de hambre, como colaboradora free lance (a fin de evadir toda responsabilidad gremial), precisamente cuando necesitaba que en publicaciones periodísticas se hiciese presente mi nombre, al cual el gobierno se empeñaba en vincular con las guerrillas. Conocedores de tal situación, los camaradas chinos me invitaron a trabajar en la Agencia de Noticias Xinhua, donde permanecí varios años.
-¿A qué viene esta
historia?
-A que son trazos
de nuestro pasado reciente, los cuales no deben silenciarse. Como comunicadora
social y luchadora por la transformación auténtica de nuestra realidad,
considero un deber instar a ustedes, compatriotas de INDEPENDENCIA 200,
a no silenciar u omitir hechos que deben ser expuestos a la luz pública, sin
mutilaciones, a fin de que sea el pueblo el árbitro implacable.
No importa quién haya sido sometido o sometida a juicio por REBELION MILITAR.
En este caso lo importante no es el quién sino el qué. Y ustedes han silenciado
algo tan grave como el caso de que POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA DE VENEZUELA
UN PERIODISTA HAYA SIDO ACUSADO DE REBELION MILITAR POR EL SÓLO HECHO DE
INFORMAR. Este hecho tuvo repercusión internacional. Y ustedes lo silencian,
mencionando sólo una parte del juicio (el de “instigaicón a la rebelión
militar”), quizás con el único propósito de silenciar un nombre. Ello,
compatriotas, NO ES OBJETIVIDAD PERIODISTICA, NO ES PEDAGÓGICO NI SE AJUSTA A LA VERDAD HISTÓRICA.
Con la autoridad que
me confieren más de cincuenta años de ejercicio periodístico de combate, y
largas décadas como luchadora por transformar nuestra realidad social, les
invito a mantener la objetividad periodística, estrechamente ligada a la ética
profesional, si en verdad pretenden hacer un periodismo digno.
--------